Por ello, es imprescindible quitarse la presión que ejercen los medios y la sociedad sobre cómo debemos ser en las relaciones sexuales: «Nos sigue preocupando mucho lo que piensen los demás, también incluso dentro de nuestra intimidad y nuestro placer, y debemos ser libres y saber qué es lo que nos gusta, qué es lo que queremos y lo que no, sin dejarnos llevar por nada más, ni mucho menos por lo que nos dicen lo que es adecuado o no», aconseja esta experta.
La vulnerabilidad de los más jóvenes
No cabe duda de que mucha de la realidad de las relaciones sexuales es bien distinta a como se proyecta en la ficción, y los años y la experiencia dan cuenta de ello. El despertar sexual y la curiosidad comienza en la adolescencia, justamente en la etapa más vulnerable del ser humano: todo lo que pase ahí influye de forma significativa en la forma de pensar, de comportarse y relacionarse.