2) Nata y esposas
Quien dice nata dice cualquier cosa ‘pringosa’ que tengas por la cocina, que se pueda untar y que sepa rico (el ketchup no, que nos conocemos). Puede ser mermelada, sirope, leche… Túmbala en la cama y átala al cabecero. Solo con eso ya se pondrá a mil. Desnúdala lentamente. Quítale el calzado, los pantalones, la camisa… Cuando la tengas completamente en cueros, comienza a jugar.
Ponle nata en los pezones, en el ombligo, en su pubis. Luego, cómetela lentamente. Lame cada rincón del dulce que has esparcido por su cuerpo. Y acaba por sus partes bajas.
Para ambos
Pasamos al siguiente apartado: los que sirven para los dos.
1) Esclavitud
«Cariño, hoy seré tu esclavo/a». Suena bien, ¿no? Y esclavo significa lo que estás pensando. El que regala tiene que cumplir todos los deseos del obsequiado, desde hacer la cena a hacer una felación. Desde limpiar la cocina o limpiar los bajos. Que nadie se sienta ofendido. No nos estamos metiendo con la esclavitud ni con la prostitución. Es un simple juego de poder que puede ser muy divertido y satisfactorio para ambos.