El beso. De fresa, de limón, de plátano. Los besos nos hacen reconocer a la persona. Ese ligero sabor a tabaco que no olvidas de tu ex. El beso de la mañana con sabor a café. Los besos son la expresión más grande del amor y del deseo. A través de ellos liberamos una serie de hormonas como la dopamina, serotonina u oxitocina que son las causantes de sensaciones como la felicidad. Los besos crean conexiones entre personas y son tan antiguos como el ser humano.
El primer registro de un beso lo encontramos en el año 2.500 A.C. Esculpidos en piedra en la India, e incluso en el Kamasutra, en donde los ósculos se han utilizado como parte indispensable de algunas posturas y elemento esencial de las artes amatorias. Será por eso por lo que el hombre lo ha plasmado durante toda su historia a través de infinitas obras de arte como ‘El beso’ de Rodin o de Gustav Klimt o ‘Psique reanimada por el beso del amor’ de Antonio Cánovas. Está claro que cada persona tiene sus gustos pero cuando hablamos de sexo somos tan exquisitos que deseamos que ese placer sea, a pedir de boca.