También se vincula la obsesión con las acciones violentas bajo la amenaza del rechazo amoroso y con un menor éxito en las relaciones de pareja. Al contrario, aquellos con una pasión armoniosa mostraron en los ensayos un mayor control sobre sus impulsos: aunque una persona hermosa se cruzase por su camino, podría permanecer en la tarea que se les había encargado. Además, la mayor integración de su vida sexual y la ausencia de conflicto les permite durar más en sus relaciones.
De la investigación se deduce que, tal vez, en lugar de nuestra obsesión cultural por el rendimiento sexual, deberíamos ayudar más a las personas a aceptar y a sentirse cómodos con su sexualidad, abrazar una pasión deseable y armoniosa y a que aprovechen dicho sentimiento para que les traiga felicidad y vitalidad a todos los aspectos de su vida.
Fuente: El Confidencial