«Lo malo», comenta Max, es que ese polvo lleve a otros lodos». Nuestro siguiente amigo, Rafa, se embarró bastante, y se ha decidido a contarlo aunque le trae malos recuerdos: «Salí un tiempo con una chica, que cortó conmigo porque el tema noviazgo le daba urticaria. Teníamos una relación cordial. Un día pasé casualmente cerca de su casa y quedamos para comer. Llevé comida, una peli y una tableta de chocolate de su marca favorita. Después de la película todo se fue de madre, fue ella la que se lanzó y, de repente, ya en la cama, se me encendió una bombilla: «esto no está bien«. Y paré. Me preguntó qué me pasaba y se lo dije. Se echó a llorar y empezó a decir que era una cabrona, que siempre lo estropeaba todo. La calmé un poco y me fui». Él había detectado que todo estaba transcurriendo como antes, cuando estaban juntos. Ella se imponía en todo y estaba claro que después de aquello le diría adiós. Y eso, explica, le «cortocircuitó».