Aún así y sin llegar a ser lo que el director quería, resulta un buen ejemplo de lo que el cine comercial podría llegar a ser en manos de alguien con la creatividad suficiente para mezclar espectacularidad y profundidad a partes iguales, además de acabar siendo considerada una obra de culto entre los aficionados a la ciencia ficción a pesar de haber fracasado en taquilla.
Otra de las experiencias con las que Lynch acabó desencantado fue la serie televisiva Twin Peaks, que es la que nos ocupa en esta ocasión para intentar desentrañar el porqué de su éxito relativo (y digo relativo porque a pesar de las grandes audiencias de su primera temporada, en la segunda gran parte del público la dejó de lado, justo cuando Lynch desató su esencia más pura).
Twin Peaks es el nombre de un pueblo de ficción situado en el estado de Washington, cerca de la frontera entre Canadá y Estados Unidos. En él es asesinada una joven del lugar llamada Laura Palmer (Sheryl Lee), lo que provoca la llegada del agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan), el cual se encargará de investigar el caso junto a Harry Truman (Michael Ontkean), Sheriff del lugar. La investigación sacará a la luz los trapos sucios de la localidad, mostrando el lado oscuro de sus habitantes y llevando al agente Cooper a una lucha literal entre el bien y el mal.
