A partir de aquí que cada uno coja lo que quiera, porque si algo tiene esta serie es que permite múltiples lecturas. Aquellos que busquen disfrutar de la intriga y el misterio (rallando el terror psicológico) que forman el esqueleto principal de la historia no se sentirán decepcionados, ya que los giros argumentales y la tensión sostenida a lo largo de toda la temporada harán las delicias de los fanáticos del género.
[pullquote]Los giros argumentales y la tensión sostenida a lo largo de toda la temporada harán las delicias de los fanáticos del género[/pullquote]Pero es que el guión de Nic Pizzolatto (por fin una serie en que todos los episodios los escribe la misma persona) ofrece mucho más. True Detective habla del odio que reside en todos nosotros, de la soledad que amenaza con atraparnos, de las luchas diarias por mantener nuestras vidas en pie, del dolor insoportable del pasado y de cómo cada uno afronta todo eso con su propia filosofía, todo ello personificado en los dos protagonistas, cuyas personalidades contrapuestas y diferentes modos de ver la realidad hacen saltar chispas a partir de la primera conversación que mantienen, moldeándose el uno al otro hasta hacer saltar por los aires sus principios y, literalmente, sus vidas.
Y aquí un punto y aparte. Porque el trabajo de Matthew McConaughey y Woody Harrelson escapa de cualquier calificativo que se quiera usar. De hecho resulta difícil pensar en cómo ambos (especialmente McConaughey, pero ambos) no se han vuelto locos ante tal inmersión en la psique de los personajes, estando estos sometidos a los vaivenes de una historia que por momentos se torna malsana y enfermiza, sometiéndolos a un desafío que en la vida real sería difícilmente soportable. Huelga decir que le han quitado emoción a la próxima edición de los premios Emmy.
