Y con las series sobre médicos y hospitales otro tanto. Está St. Elsewhere, que en España se tituló Hospital (sí, otra muestra de lo originales que somos aquí) y luego todas las demás. Como Anatomía de Grey (copia), Hospital Central (copia y mala) o House (copia con doctor borde mezcla de médico y Sherlock Holmes). Así que prácticamente había perdido la esperanza de ver algo que rompiera moldes hablando de lo mismo pero de forma diferente.
Pero mira por donde aparecen Masters of Sex (excelente y original serie de la que hablaremos algún día) y, sobre todo, The Knick, de la que hablaremos un rato. The Knick es una creación del inclasificable Steven Soderbergh.
Un tío tan increíblemente bueno que durante mucho tiempo ha sido adorado por el público palomitero (al que me siento orgulloso de pertenecer) gracias a, principalmente, la trilogía de Ocean’s (eleven, twelve, thirteen) y al mismo tiempo por los cinéfilos más repelentes que se puedan encontrar (con los que también me identifico), gracias a Sexo, Mentiras y Cintas de Video, Traffic o el remake de Solaris (entre otras mil).
