Entonces apareció la HBO, la todopoderosa cadena de televisión, responsable de Los Soprano, The Wire o True Detective, y se hizo con los derechos para realizar una serie, única manera viable de poder poner en imágenes la historia de los Siete Reinos. David Bienoff y D.B. Weiss se ocuparon del guión, siempre bajo la supervisión del propio Martin, y con un presupuesto de más de 60 millones por temporada, empezaron su rodaje con vistas a un estreno en abril de 2011.
Está claro que esperaban tener éxito, la inversión y la legión de seguidores de los libros así lo indicaban, pero lo cierto es que el resultado fue apoteósico. Más allá de a aquellos que ya conocían su versión literaria, Juego de Tronos ha sabido, durante sus primeras cuatro temporadas, atrapar a otros muchísimos televidentes a base de intriga, aventuras, sexo, violencia y dosis medidísimas de magia y fantasía que van aumentando a medida que la serie avanza.