La serie de Ryan Murphy comenzaba con una idea alocada: convertir cada temporada en un arco argumental radicalmente opuesto: mismos actores, diferentes escenarios, distintas tramas y nuevas relaciones.
Casi nadie había hecho algo parecido hasta la fecha y FX se arriesgó mucho con un planteamiento tan innovador e interesante. Algo que ha incrementado las ganas de conocer los detalles de los protagonistas involucrados en cada historia.
Aunque ‘American Horror Story’ nació como una serie de miedo o terror, lo cierto es que poco a poco esa denominación ha quedado en un segundo plano. Estuvimos en la casa de los horrores y pasamos miedo con el hombre encapuchado y el mal que habitaba entre esas paredes. Una temporada muy adecuada que sirvió de presentación para dar cabida a un gran elenco de actores.
‘Asylum’ fue el culmen con esa trama oscura, profunda y cargada del magnetismo que solo el creador insufla en sus series. El listón bajo con ‘Coven’ que pese a convencer a los amantes de las brujas (I Love ‘Embrujadas’), hay que reconocer que el argumento decayó en relación con anteriores etapas.