Vivir con ilusión tiene efectos positivos para nuestra mente. Los glosa Lecina Fernández: «Nos estimula para crecer, porque desarrollando el proyecto ilusionante llevamos a cabo actividades que nos enriquecen. Nos permite transformar la realidad, lo cual nos empodera. Nos ayuda a desarrollar la capacidad de unir, porque nos entrena para pasar de un sueño a una realidad, de lo interno a lo externo. Favorece vivir mejor, ya que derrochamos alegría y optimismo”.
En resumidas cuentas, la ilusión nos proporciona una razón para levantarnos de la cama cada mañana y, como agrega la psicóloga, «eso es lo más distante de la depresión, justo lo contrario». De hecho, es la clave para la felicidad.
Ese optimismo que genera es bueno también para la salud física. Un estudio de la Universidad de Harvard (EEUU) encontró que las mujeres que son optimistas tienen un riesgo significativamente menor de morir de cáncer, enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, enfermedad respiratoria e infección en comparación con las mujeres que son menos optimistas.