Los investigadores llegaron a la conclusión de que todo se basaba en la «sexpectación» individual, es decir, la forma de entender el sexo en las relaciones
«Los que creen que el estado de su vida sexual mide la salud general de su relación, están sacando los problemas del dormitorio a la vida en pareja», asegura Jessica Maxwell, una de las autoras del estudio. Así, si piensas que en tu relación debe haber épocas de sequía y de cosecha, y que el sexo es algo que se puede trabajar como una parte normal de una relación constante, duraréis mucho y seréis felices.
Hay que ser consciente, detalla Maxwell, de que las relaciones pasan por varias fases, y saber que después de la inicial etapa de ‘luna de miel’ (que dura de dos a tres años), llegan otras, que suponen un punto de inflexión. «Sabemos que los desacuerdos en el campo sexual son inevitables con el tiempo, pero tu vida sexual es como un jardín, que necesita ser regado y nutrido para mantenerlo vivo».
Curiosamente, recoge el estudio, las mujeres tienen todo esto mucho más claro: aunque son las más propensas a creer en las ‘almas gemelas’ y son más románticas, también son más conscientes que ellos de que el sexo requiere cierto trabajo y esfuerzo. Una diferencia que la investigadora cree que reside en que «la satisfacción sexual requiere más trabajo» para las féminas.
El sexo no es tan relevante
Como hemos visto, el sexo no es tan importante en una relación. Entender este como una parte más de la pareja es imprescindible para que la cosa ruede bien durante años. Así, la única forma de construir relaciones duraderas, según psicólogos como John Bradshaw, reside en saber superar esta transición del romance al compañerismo, creando un amor duradero, y superando el conocido como Síndrome de Estrés Postromántico. El problema es aprender a llegar a este punto con éxito.