La isla de San Miguel es la más grande del grupo que conforma el archipiélago de las Azores, aunque sólo tenga 62 kilómetros de largo y 15,8 km de ancho.
[pullquote]En medio de este fantástico entorno de terreno ondulado forjado por lagos que se funden en el azul del mar, podremos disfrutar de un inigualable atardecer[/pullquote]Fue alrededor de 1.430 cuando los navegantes portugueses descubrieron la paradisíaca San Miguel, y fueron pobladores de las regiones de Extremadura, el Algarve y Alentejo los primeros que se instalaron en ellas. Posteriormente, las tierras fértiles y la promesa del buen comercio, atrajeron comunidades de moros, judíos y franceses.
La economía de San Miguel se consolidó durante el siglo XX, debido a la expansión de la agricultura y la ganadería, y a partir de la década de los 80, los servicios se posicionaron como una notable fuente de ingresos.
Dos cadenas montañosas de baja altitud, extensos campos, densos bosques, valles y ríos, son una parte importante del paisaje volcánico de San Miguel. Y es justamente esta topografía volcánica la que dio lugar a la formación de hermosos lagos que anidan en las cavidades que dejaron los cráteres.