El equipo logró aislar esta bacteria y está empezando a evaluar sus propiedades. Sus resultados hasta ahora muestran que también es buena procesando el ácido láctico in vitro, y que sigue siendo fiable tras pasar a través del sistema digestivo de un ratón. En este momento, los científicos están administrándosela a ratones para analizar y medir sus efectos sobre los niveles de ácido láctico y sobre la fatiga.
En otros experimentos, los investigadores están comparando el microbioma de ultramaratonianos con el de remeros que entrenan para los Juegos Olímpicos. Hasta ahora han encontrado un tipo de bacterias en los primeros que ayudan a procesar carbohidratos y fibra, algo clave para una carrera de esa magnitud, que sin embargo no están presentes en los remeros, sugiriendo que distintos deportes favorecen distintos nichos de bacterias.
El objetivo final es analizar si se pueden crear suplementos para deportistas basados en los resultados de estas investigaciones. «En resumen, estamos desmenuzando la biología de las personas más sanas y en forma del mundo y extrayendo esa información para ver si así podemos ayudar a otros.»