De hecho, creo que uno de los momentos más dolorosos para mí fue cuando le dije a mi ex que no quería seguir con la relación. No fue por terceras personas, ni por grandes discusiones, ni porque ya no nos quisiéramos. Simplemente, ya no era feliz con él. Se derrumbó de tal manera que no pude quitarme esa escena de la cabeza durante meses. Él lloró, yo lloré, y estuvimos abrazados llorando un buen rato. Tardé mucho más en superar eso que cuando mi último ex me soltó que me había estado engañando durante años.
Segundo factor a tener en cuenta: la forma en la que lo dejas. En cuanto a esto, yo lo he visto todo. El mundo está lleno de cobardes que no se atreven a afrontar una ruptura cara a cara, y prefieren hacerlo por medios menos convencionales. Hace unos años, cortar por SMS se convirtió en algo hasta normal y, por si no era lo bastante cutre, llegó WhatsApp para no dignarse ni a gastar 15 míseros céntimos. Uno de mis ex tuvo un mínimo más de clase y me escribió un tochazo de mail con su introducción, su desarrollo y su conclusión. Por lo menos tenía su coherencia.