El mayor problema es que al despertar, se trata de una realidad constante. Se trata del “Revenge Porn” (Porno de venganza) y ésa es justo su finalidad: causar daños como respuesta a una decepción amorosa, pero también se ha convertido en una forma de humillación pública que arruina millones de vidas alrededor del mundo.
El término “revenge” se refiere meramente a venganza, pero existen múltiples motivos por los que alguien querría compartir fotografías explícitas de un conocido en la red. Empecemos por lo más simple y peligroso. Los adolescentes que utilizan en exceso las redes sociales e inevitablemente compartirán fotografías de ellos mismos desnudos con quienes creen tener cierto nivel de confianza.
Nadie asegura que el receptor eliminará la imagen o bien, la mantendrá en secreto. Siempre existe la posibilidad de que la comparta, ya sea para generar atención entre su grupo social o para causar un daño emocional. Sin embargo, esta práctica no es exclusiva de los adolescentes. Según un estudio del Cyber Civil Rights Initiative en Estados Unidos, 61 % de poco más de mil encuestados de entre 18 a 30 años de edad han compartido imágenes reveladoras a alguien en su lista de contactos y otro 23% ha sido víctima de “revenge porn”.