Yahoo!, aquella empresa con nombre de grito se fundó a mediados de los noventa y vivió unos inicios muy dulces durante los cuales la gente utilizaba con asiduidad sus servicios de buscador a la hora de pescar en las profundidades de internet.
En aquella época los negocios en internet aterrizaron en la economía como un elefante en una cacharrería conduciendo un monster truck, y como consecuencia de ello, Yahoo multiplicó su valor en muy poco tiempo de forma disparatada hasta llegar alcanzar un valor de ciento veinticinco mil millones de dólares en el año 2000.
Pero unos cuantos meses después, con la explosión de la burbuja tecnológica y con los usuarios decidiendo que empresas como Google eran más prácticas a la hora de ofrecer servicios, todo aquel emporio cayó en picado y la compañía comenzó a devaluarse de manera progresiva hasta convertirse en una sombra canija de lo que había sido.