La voluntad es indispensable
La magia no existe. Los logros fruto de hechizos y encantamientos son cosa del cine, y nadie puede lograr nada con tan solo desearlo fervientemente. Ni invocando el poder universal. Ni repitiendo nada ante el espejo. No obstante, segundo ‘pero’: “El cerebro funciona mediante procesos cognitivos y conexiones neurales”, detalla Trejo, que añade: “La potencia de estas es tal que también uno mismo puede convencerse de algo, siempre y cuando su motivación sea lo suficientemente fuerte”.
Por eso, si la voluntad es férrea, puede predisponerse hacia determinados objetivos y preparar un escenario propicio para alcanzarlos.
“Un saltador de pértiga siempre visualizará en su mente los movimientos que debe describir para realizar un ejercicio perfecto antes de hacerlo. ¿Significa que lo conseguirá? No, pero su mente —y su cuerpo— estarán más predispuestos a lograrlo”, asegura Trejo.
Todo pasa, primero, por creérselo: «Soy más activo que la media de mi edad». Pero ese es el inicio: “Una frase por sí sola no sirve de nada; por mucho que en el cerebro se activen determinados procesos neuronales, esas ideas tienen que terminar trascendiendo la realidad, siendo implementadas con esfuerzo”. José Luis Trejo aleja así a la ciencia de la fe ciega, la condensada en los manuales de autoayuda, motores de “ideas que la gente compra y termina por hacer suyas, pero que no sirven por sí mismas para cambiar nada”.