Sin embargo, es un medio excelente para aumentar la resistencia muscular, y por tanto, puede ser muy útil en muchos deportes que no tengan nada que ver con la hipertrofia (ganancia de masa muscular). Sin embargo, si lo primordial es el tamaño, las altas repeticiones no son una buena idea: ni para crecer, ni para definir.
2. Repeticiones bajas (5 o menos)
En el entrenamiento con pesas, algo ha resistido la prueba del tiempo: para crecer, debes ser fuerte. Llevando eso al extremo, muchos levantadores adoptan un enfoque de levantamiento de pesas muy pesadas con bajas repeticiones. Echa un vistazo alrededor de tu gimnasio, y es probable que encuentres a algún aspirante a culturista que está batallando en sentadillas o press de banca cerca de su 1RM.
Es un método muy seguro para construir fuerza, y por supuesto, no hay más que ver el tamaño de algunos levantadores como ‘La Montaña’, de Juego de Tronos. Sin embargo, el entrenamiento de bajas repeticiones tiene un inconveniente importante: la estimulación de la fibra muscular y, por lo tanto, el crecimiento, que se correlaciona estrechamente con la cantidad de tiempo que un músculo está bajo tensión. Conjuntos cortos e intensos de 15 segundos o menos desarrollarán fuerza, pero no son tan efectivos a la hora de hipertrofiar.
3. Repeticiones moderadas (entre 8 y 12)
¿Por qué es ese rango crítico? Porque cuando la serie dura más de unos pocos segundos, el cuerpo se ve obligado a confiar en el sistema de energía glucolítica, que conduce a la formación de ácido láctico. Puedes pensar en el ácido láctico como algo malo, ya que está asociado erróneamente con el dolor muscular que sientes días después de un entrenamiento, pero ese dolor en realidad es una reacción muy fugaz que es vital para la producción de tejido muscular nuevo.