3. Si la cosa no mejora, prueba con el tomillo.
La equinácea y el zinc son los más útiles para frenar los resfriados, pero si la cosa se pone fea y se pasa de la garganta a los senos frontales (provocando esa característica mucosidad amarilla), prueba con el aceite esencial de tomillo. Esta planta es un gran agente anti-viral y antibacteriano. Pon 4 gotas de tomillo, más 3 gotas de aceite esencial de orégano y 3 gotas de aceite esencial de ajedrea en un difusor de vela (o en una cacerola de agua caliente hirviendo si no tienes otra cosa) para que se esparza en el ambiente.
4. El baño contra la fiebre
Si te ha atacado la fiebre, un remedio para bajarla puede ser darte un baño. Añade en el agua aceite esenciales (3 gotas de menta y 7 de lavanda) y 250 g de sulfato de magnesio natural. Coloca fuera de la bañera una toallita y con un recipiente con agua fría. Una vez que te hayas adaptado al agua caliente, sumérgete en la bañera completamente. Para refrescar la cabeza, sumerge la toalla en el agua fría y colócatela sobre la frente. El baño debe durar sobre los 20 minutos.