Cuando nos probamos un Obris Morgan Explorer nos sorprende su limpieza en el dial, textos minúsculos e índices bien arrinconados, dejan una lectura fácil para cualquier situación bajo el agua. Las agujas, incluido segundero, tienen un tratamiento de Superluminova C1, lo que nos proporciona una visión perfecta y duradera en la oscuridad.
El bisel, unidireccional y estilo vintage, tiene 120 movimientos y cumple fervientemente su función. Así como la corona, firmada con el logo de la marca, un detalle que se agradece.
El Explorer, como buen diver, es de fondo ciego y con la firma y nombre del modelo grabados en él. El armis le da peso al conjunto del reloj y la verdad es que es de unos acabados muy buenos. Se complementa con la caja a base de tornillos y no varillas, lo que garantiza aún más la sujeción. La pena es la falta de la extensión de buceo.