Al enterarse de tal cosa, el director de la casa Rolex, Hans Wilsdorf, creó un programa con el cual se suministraban Rolex a los oficiales británicos hechos prisioneros a través de la Cruz Roja y que ya serían abonados una vez terminada la guerra. Solo tenían que mandarle una carta explicando dónde y cuándo habían sido derribados, el modelo que querían recibir y su situación actual. Para Hans Wilsdorf, la palabra de un oficial inglés era la mayor garantía que podía tener.
Esta acción subió la moral de los soldados y se llegaron a enviar unos 3.000 Rolex, muchos de ellos al campo de concentración Stalag Luft III, donde se llevó a cabo la acción de huida de la famosa película La gran evasión.
Desde ese campo Stalag Luft III un joven cabo, Clive James Nutting, pidió a Wilsdorf, un modelo cronógrafo Rolex 3525, algo que llamó la atención porque todos los oficiales prisioneros se decantaban por el más popular y económico Rolex SpeedKing. Este reloj se cree fue ordenado para poder controlar las patrullas de los guardias del campo y sincronizar el paso por los túneles “Harry, Tom y Dick” de los prisioneros.