En la localidad de Riglos, provincia de Huesca, la historia, la geología y la geografía se han conjugado a la perfección para que “El Reino de los Mallos” se erijan como un paisaje único y muy codiciado por montañeros, escaladores y forofos del turismo rural de sensaciones intensas, de esas que acercan a lo más profundo de uno mismo y para los creyentes, también a Dios.
[pullquote]Junto al gigante de piedra esculpido por el arte que ha impreso la geología, el visitante podrá prepararse para escalar por sus paredes[/pullquote]Un imponente monumento de piedra sin intervención del hombre en plena sierra norte de Aragón, flanqueada por el frescor del río Gállego nos remonta a finales del siglo XI, donde literalmente, el monarca Pedro I de Aragón entregó la dote a su segunda esposa, doña Berta.
Como se puede ver, en aquella época, aún con las limitaciones extremas del trasporte, las castas privilegiadas no se veían impedidas de llegar a los lugares más idílicos e inspiradores de la región cuando se trataba de celebraciones de trascendencia.