De este modo, si tenemos un core débil, posiblemente perdamos equilibrio y nuestra acción no sea todo lo efectiva que debiera ser.
4. Imposibilidad de mantener el abdomen contraído
Probad lo siguiente: Tomar aire profundamente y, al exhalar, intentar juntar vuestro ombligo con vuestra columna e intentar mantener esta postura durante 10 segundos. Si no podéis hacerlo, vuestro core podría presentar un déficit de fuerza.
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