Es un hecho que, a menor oferta laboral de aquello que realmente nos interesa, mayor cantidad de candidatos y menos opciones de ser seleccionado. Este círculo es bien conocido por la mayoría de los aspirantes, y el mismo no hace más que recordar machaconamente al candidato que se trata de una oportunidad en la que no se puede fallar. La consecuencia de esta presión: más ansiedad, estrés y nerviosismo a la hora de enfrentar el reto.
Sin embargo, considerando el enfoque positivo del caso, ningún candidato a un puesto de trabajo debe olvidar que la posibilidad de reducir estos desagradables síntomas al mínimo está en sus manos. Es muy probable que antes de presentarte en la empresa para la entrevista, tengas unos días previos que deberás aprovechar a tu favor.
Aunque un porcentaje muy bajo de candidatos se dé cuenta de ello, éste o estos días previos, pueden ser de gran utilidad para prepararnos, tanto técnica como mentalmente para la cita.