Tras un correcto diagnóstico de las necesidades de tu piel, puedes recurrir a la cosmética específica o bien consultar la posibilidad de someterte a algún tratamiento.
Las cremas, velos o serums que incluyen en su composición colágeno y elastina son una excelente solución para conseguir regenerar la piel desde el exterior. En general, estos productos combinan el colágeno con otros componentes entre los que destaca la vitamina C.
Hidratan la piel en profundidad y, a medio plazo, consiguen reafirmarla y rejuvenecerla, pero ten en cuenta que sólo actúan en la capa externa, por lo que no afectan a los fibroblastos (no aumentarán la producción natural de colágeno).
Para incrementar la eficacia y conseguir una mayor penetración de estas cremas (y mejores resultados) un peeling o un tratamiento de microdermoabrasión, como paso previo a su aplicación, es un excelente ritual antienvejecimiento.
El colágeno también puede utilizarse como sustancia de relleno introduciéndolo mediante infiltraciones en las capas profundas de la piel. Este tipo de tratamientos médico estéticos aportan un extra de colágeno que conseguirá que la dermis se redensifique haciendo que, en la superficie, las arrugas disminuyan o desaparezcan.
