Para disfrazar un falso orgasmo hay que tener talento, pero como estrategia evolutiva que fue, es prácticamente una herencia genética, por lo que suele consumarse sin levantar la más mínima sospecha. Un arte que ha dejado en nuestras retinas escenas cinematográficas inolvidables, como en Cuando Harry encontró a Sally (dirigida por Rob Reiner), en la que el personaje encarnado por Meg Ryan finge a la perfección un orgasmo, de repente y mientras cena, con el objetivo de desmoralizar a su pareja.
Una forma de “vigilancia”
Cuanto más débiles sean los vínculos entre la pareja, y cuanta más desconfianza se tenga sobre la posibilidad de sufrir una infidelidad, las mujeres simularán sus orgasmos con una mayor frecuencia e intensidad. Los autores del estudio llegaron a estas conclusiones después de analizar la vida sexual de casi medio millar de mujeres con parejas estables. Estos resultados se complementaron también con otros estudios sobre las estrategias utilizadas para mantener relaciones fieles y duraderas.