Pastillas y discos de freno: La duración media de las pastillas queda enmarcada entre los 25.000 y los 40.000 kilómetros, mientras que la de los discos se puede alargar hasta más allá de los 120.000 kilómetros. En ambos casos, que duren más, o menos, dependerá y mucho de nuestra forma de conducir y de la calidad de las mismas. Para evitar un desgaste prematuro, anticipa las frenadas para realizarlas de forma suave, guarda una distancia de seguridad adecuada y reemplaza el líquido cada poco tiempo.
Neumáticos: Son el principal elemento de contacto entre nuestro coche y el asfalto. Al igual que con las pastillas de freno, su longevidad dependerá en gran medida del terreno al que los sometamos, de nuestra forma de conducción y de la calidad de los mismos. Chequea las presiones cada par de semanas para evitar deformidades.
La válvula EGR: Es una de las piezas clave en todo coche diesel que se precie al reintroducir en el motor parte de los gases de escape para así reducir la temperatura y disminuir la emisión de partículas contaminantes como el NOx. Suele averiarse por la acumulación de carbonilla o por realizar una conducción agresiva al acelerar bruscamente cuando el coche se encuentra en un régimen de vueltas inferior a las 1.500 rpm. y provocando un exceso de humo negro y partículas. Si se es prudente, puede llegar a durar hasta 200.000 km aunque se recomienda realizar una limpieza en torno a los 70.000 ó 75.000 km.