La B comenta que a ella le encanta ser la anfitriona de estas fiestas: «Me encanta dar la bienvenida a los novatos y charlar con todo el mundo, y me gusta dar rienda suelta a mi sexualidad en estas fiestas. Cada vez que lo hago en estos locales, es una aventura llena de nuevas conexiones, experiencias y descubrimientos. Cuando tienes un orgasmo se nota, no puedes mentir a nadie, y además ahí no hay necesidad de hacerlo, lo que te hace sentir muy bien».
La dama C, la música, descubrió un nuevo mundo y se dio cuenta de quién era realmente. Todo cambió cuando se mudó a Long Island: «Fue revelador para mí, pues me di cuenta de lo que me gustaba. Comencé a explorar mi sexualidad al máximo gracias a estar rodeada de gente que por fin me hacía sentir cómoda con mi orientación».
Confiesan sus mejores experiencias
La primera de estas mujeres ha ido a muchas fiestas, pero la mejor experiencia sin duda la pasó en una que dio uno de sus amigos, en su casa. Este tenía piscina y un amplio jardín. «Era un fiesta privada, de unos 60 amigos. Todos nos conocíamos, y estábamos de muy buen rollo. Fue una experiencia muy divertida porque cumplí una de mis fantasías: hacerlo en el agua, como si fuese una sirena. Yo solo quería estar en el agua mientras tenía un orgasmo. Recuerdo que había uno con una varilla de acero, otros dos amigos jugaban con mis pechos y mis manos… Todo ello en un día soleado». Seguro que se lo pasó en grande.