Es un destino habitual entre los cruceros por los Fiordos noruegos. Una de las estampas más repetidas es la de las cabañas rojas de los pescadores –llamadas rourbuer- construidas a modo de muelle y que hoy sirven de alojamiento para los turistas.
5. Saint-Malo, Francia
Como un barco de piedra encallado en la desembocadura del río Rance, Saint-Malo muestra con orgullo sus murallas junto a la playa y el puerto. Las fachadas y torres que emergen de las fortificaciones confieren a la ciudad esa silueta tan característica.
Para abordar la ciudad de Saint-Malo lo primero que hay que hacer es recorrer el camino de ronda y disfrutar de esas vistas impresionantes. Saint-Malo es una de las ciudades más bellas y con más historia de la Bretaña Francesa. No dejes de relajarte en su conocido centro de talasoterapia y spa.
6. Füssen, Alemania
Ubicado al norte de la frontera con Austria, a unos 130 kilómetros de Múnich, Füssen es famoso por albergar los castillos del Rey Loco, Neuschwanstein y Hohenschwangau, considerados dos de los castillos más bellos de Alemania, garantía para ubicarlo dentro de los pueblos más bonitos de Europa.