Prueba del BMW i8

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El habitáculo está compuesto por una jaula de plástico reforzado con fibra de carbono (PRFC). Gracias a esta configuración, el coche tiene un centro de gravedad extremadamente bajo y, además, el peso se reparte entre los dos ejes casi exactamente en la relación de 50:50, como es norma en BMW.

Esta distribución equilibrada del peso, sumada al bajo centro de gravedad, tienen como consecuencia que el BMW i8 sea un automóvil extremadamente ágil y que sorprende por lo directa de su dirección eléctrica y por su capacidad de paso por curva, muy superior a muchos modelos con vitola de ser más deportivos.

El sistema híbrido enchufable está compuesto por un compacto motor de gasolina de tres cilindros con tecnología BMW TwinPower Turbo, un motor eléctrico y una batería de ión-litio que se puede recargar conectándola a una toma de corriente doméstica común, con la retención del motor de combustión o funcionando como generador y con la energía acumulada en el frenado.

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