Para un deportista, las consecuencias de un déficit proteico se traducen en:
- Menor desarrollo, incluso disminución, de la masa muscular. Sin las suficientes proteínas, el desgaste de las fibras no se repone adecuadamente. El anabolismo (función de creación de nuevos tejidos a partir de los alimentos ingeridos) necesita de proteínas para llevarse a cabo de manera correcta.
- Aumento del riesgo de lesiones y desgarros musculares.
- Mayor fatiga al realizar el entreno. Aunque no es una fuente de energía inmediata, la proteína estimula la acción de la insulina ayudando en el proceso que hace posible que la glucosa llegue al tejido muscular. Un músculo que cuente con el glucógeno necesario funcionará correctamente sin sobreesfuerzo.
Proteínas, las justas
Una correcta alimentación es clave para obtener el máximo rendimiento de una actividad física intensa. Los nutricionistas coinciden en que la proteína no debe faltar en la dieta de un deportista pero recuerdan que un exceso proteico puede resultar contraproducente.