Ambos funcionan con mando, Oculus con un Razer Hydra y Morpheus con el Dualshock o con Move de PS4. Al disponer ya de versión para desarrolladores a un precio de 300 euros, Oculus dispone de algunos juegos, aunque la mayoría se encuentran todavía en proceso de financiación (otra vez Kickstarter) y desarrollo.
Los gráficos marcan la diferencia significativa. La resolución de ambos es idéntica (1.080 píxeles) pero el potencial de las tarjetas gráficas para PC (en constante evolución) da más campo de maniobra a Oculus para mejorar (esperan llegar a 4K, equivalente a 3.840×2.160 píxeles), mientras que Project Morpheus se verá frenado por la capacidad limitada de PS4.
Además, el ángulo de visión es un poco más amplio en el Oculus. Lo que sí está claro es que, de momento, jugar con los dispositivos de realidad virtual conllevará un descenso de calidad con respecto a las pantallas convencionales. En lo que al sonido se refiere, Sony lleva delantera, ya que aunque ambos son compatibles con el sonido 3D, Sony ha incorporado los altavoces en el aparato con sonido envolvente, lo que favorece la inmersión.
