Siempre he dicho que no podría tener una relación con ningún hombre que fuera así. Ni como uno, ni como el otro. Jose tiene líos para sentirse mejor consigo mismo, no le importan las mujeres, solo quiere meterla. No sé si llegará el día en que se le pase tal comportamiento adolescente. Javi es todo lo contrario, necesita que lo quieran de verdad, pero tiene que ser desesperante como novio. Le falta «vidilla».
Dos de mis mejores amigas también son solteras desde que nacieron. Guapas, con estudios, estilo, de buena familia… «El sueño de cualquier hombre», dicen. «Los tíos se nos deberían rifar», dicen. Pero ahí están, sin novio conocido. Nuestras innumerables conversaciones sobre este tema siempre acaban en dos conclusiones: «Asustamos a los hombres» y «tenemos que bajar el listón».
En la primera estoy infinitamente de acuerdo. Yo siempre las comparo con Bar Refaeli (salvando las distancias), la cual ha confesado sentirse indignada por la indiferencia de los hombres hacia ella. La espectacular modelo dice que le es imposible ligar, que los tíos no se le arriman, y que la mayoría de los hombres le tienen miedo.