Conocido también como el yin y el yan del amor, esta variante del 69 es perfecta para un encuentro largo, evitando que el peso de uno de los amantes acabe aplastando al otro, evitando rozaduras en las rodillas y permitiendo, además, que los muslos de la persona que nos acompaña hagan las veces de una cálida y cómoda almohada.
Fuente: El Confidencial