8 claves para planificar tus objetivos de Año Nuevo

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3. Especificación Ajustada

Un objetivo ambiguo nos dará resultados ambiguos. Si nuestro objetivo es tan genérico como “ir más al gimnasio” o “comer menos comida basura”, no tendremos claro si lo estamos consiguiendo o no.

Si trabajamos sobre metas concretas, obtendremos resultados concretos.

Voy a ir más al gimnasio → Voy a ir 3 días en semana al gimnasio
Voy a escribir más en el blog → Voy a escribir mínimo 1 vez a la semana en el blog
Voy a aprender a tocar la guitarra → Voy a tocar la guitarra media hora todas las tardes

Un observador externo debería ser capaz de verificar sin lugar a dudas si hemos conseguido nuestro objetivo o si aún no está completo.

Permítete la flexibilidad: aunque ajustes tu objetivo, no seas demasiado duro contigo mismo, porque si no, en el momento en que falles te pueden entrar ganas de tirar la toalla.

4. Tamaño Apropiado

Si nunca has pisado un gimnasio y la primera semana quieres ir 3 horas cada día a hacerte una tabla completa de entrenamiento y alguna clase colectiva extenuante, posiblemente cuando llegue el sábado tendrás agujetas hasta en el perfil de facebook. Y posiblemente a la siguiente semana tendrás muchas papeletas para que no te apetezca nada de nada volver a semejante tortura china.

Los proyectos demasiado ambiciosos son fáciles de abandonar: hay que abarcar cosas que veamos que están a nuestro alcance. Igualmente, los proyectos demasiado fáciles no nos suponen salir de nuestra Zona de Confort, no nos aportan progresos tangibles.

Nuestro objetivo tiene que ser retador pero alcanzable.

5. Objetivo Motivador

Si te pones como objetivo, digamos, aprender a tocar el ukelele rosa, y no es una cosa que te llame especialmente, en cuanto tengas algo más urgente o importante que hacer, se terminó la práctica del ukelele.

Ponernos un montón de objetivos sólo por tener muchas cosas que hacer, si de verdad no están enfocados a conseguir algo que realmente nos apasiona, sólo servirá para tener una larga ristra de objetivos abandonados a lo largo del camino.

La pregunta que nos hacemos aquí es: ¿para qué quiero yo este objetivo?

Tenemos que preguntarnos qué vamos a conseguir con este objetivo, y si aquello que vamos a conseguir realmente nos apasiona. Si realmente te apasiona el ukelele, o cualquier otro instrumento, y tocándolo disfrutas como un gato al lado de un radiador, entonces, ¡este objetivo es para ti!

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