Hablando de chapuzones, la ciudad (y también la Comunidad) ofrece un montón de alternativas para mojarse y refrescarse. A las piscinas naturales de Riosequillo en Buitrago de Lozoya, La Isla y Las Presillas en Rascafría, la Charca Verde de La Pedriza o La Pavera de Aranjuez, cabe destacar la playa urbana de Arganzuela. Inaugurada en 2011, cuenta con tres recintos de los que emanan chorros de agua con diferentes efectos cambiantes. Para los poco amantes del agua, sigue siendo un plan ideal, ya que igual te puedes encontrar tumbonas para torrarse al sol, que chiringuitos donde poder tomar algo.
Otra buena forma de combatir las altas temperaturas en Madrid es imaginarse que estamos en invierno. ¿Cómo? Dos opciones. Yendo a Madrid SnowZone, la única pista de nieve cubierta de España y una de las mayores del mundo, donde podrás practicar esquí y snow aunque sea 20 de julio y el termómetro marque 30 grados a la sombra. Y dos, pagando 15 euros por tomarte una consumición en el Ice Bar, el local donde TODO está hecho con hielo: los vasos, los asientos, la barra… Entrar allí es sumergirte en un microclima completamente diferente, con temperaturas bajo cero. ¿Quién dijo calor?
