Tu rutina estética tendrá que incluir, necesariamente, la limpieza diaria e ineludible, mañana y noche. Tras el lavado de cara que sigue al despertar, aplica un tónico astringente en la zona T (antes de cualquier otro producto) para eliminar todo residuo graso.
Por la noche, repite la operación tras la adecuada limpieza general para eliminar partículas de grasa, polución o sudor y conseguir mantener controlada, durante el descanso nocturno, la producción de sebo en tu problemática zona T.
¿Y qué hago con las áreas que necesitan estar hidratadas? Los pómulos y mejillas, «agredidas» a diario con el afeitado, exigen cremas y bálsamos que las hidraten evitando la descamación.
En tu caso, utiliza productos no solo hidratantes sino humectantes, aquellos que crean una fina película protectora que logra que la piel no pierda su humedad natural. Aplícalos a diario únicamente en la zona «seca» y así conseguirás una piel joven, cuidada y sin brillos.
