Pero parece inevitable que para conseguir este éxito, los emprendedores de hoy –más que nunca- deben tener un perfil de personalidad determinado, de características muy positivas y hasta particulares; de lo contrario pareciera que emprender no sería posible.
Y es precisamente en contextos económicos y sociales complejos donde se puede vislumbrar la verdadera “pasta del emprendedor”. Si estamos en condiciones de asegurar que los autónomos y emprendedores -por lo menos en España- representan la minoría de la población laboral activa, esto se explicaría por muchos factores, pero uno de ellos es que no todas las personalidades responden a un perfil tan exigente, creativo y voluntarioso.
La conjunción de actitudes firmes, perseverantes, decididas, tenaces, y positivas, con aptitudes creativas, capacitadas para diseñar los mejores planes de acción y estratégicos, e identificar los momentos adecuados para las medidas convenientes, conforman el perfil del emprendedor actual.
En lo referente a las aptitudes de los emprendedores de éxito, éstos también deben contar con capacidad de improvisación para situaciones puntuales, siempre y cuando esta no sea una constante.
