Si bien es posible que, por genética, una persona pierda más grasa de una zona corporal, realmente todo el cuerpo tiende a perderla en la misma proporción. Existen partes de nuestro cuerpo donde la pérdida de grasa es visiblemente más pronunciada, lo cual no implica que se haya perdido grasa en mayor proporción. Varios ejemplos típicos de este hecho son los dedos, cara y cuello, donde una pérdida de grasa aparenta ser mayor debido a su pequeña circunferencia en comparación con el abdomen, cintura o piernas.
Conclusiones
Concentrar el entrenamiento físico en zonas localizadas de nuestro cuerpo con la intención de perder mayor cantidad de grasa en dichas zonas es algo totalmente contraindicado. La pérdida de grasa localizada es fisiológicamente imposible.
Por ello mismo, nuestro entrenamiento físico a la hora de perder grasa debe centrarse en conseguir consumos calóricos elevados a la vez que otorgamos a la musculatura el estímulo necesario para mantenerla, puesto que el objetivo es perder grasa, no perder peso. Serán los ejercicios multiarticulares (tales como sentadillas, press banca, peso muerto y ejercicios de peso corporal) junto con un programa de trabajo cardiovascular los que otorguen mayor cantidad de beneficios a la hora de aumentar la tasa de consumo calórico. Por supuesto, acompañado de una dieta con déficit calórico.