El 2017 ha sido un año particularmente prolijo en lo relacionado a películas en las que los coches han jugado un papel protagonista. HAPPYCAR, comparador mundial de coches de alquiler, se ha hecho eco de los seis mejores largometrajes del año en los que la acción discurre sobre cuatro ruedas. Entre los vehículos que han aparecido en la gran pantalla, encontramos auténticas joyas de la carretera: el Lamborghini Centenario, el NASCAR Ford Mondeo-Fusion o el mítico, aunque entrado en años, Rayo McQueen.
¡Atención! Información sin spoilers.
1. Baby Driver – Un Subaru Impreza WRX al servicio del crimen organizado
Dirigida por Edgar Wright, en Baby Driver todo lo relacionado con el mundo del motor juega un papel fundamental. Motor y música se dan la mano en este largometraje en el que en algunas persecuciones se produce una auténtica simbiosis entre frenazos y acelerones al ritmo del funk. Por cierto, la joya automovilística de Baby Driver es el Subaru Impreza WRX, con un motor Flat 4 de 230 cv, que puede alcanzar una velocidad máxima de 230 km/h y que fue vendido en eBay por 69,1 millones de dólares. Con
estas características, se entiende por qué los SUV de fabricación americana no pueden alcanzar durante la película a esta leyenda de los rallyes, tres veces campeona del mundo.