En una Francia aún en choque por el escándalo sentimental del presidente François Hollande, el Centro Pompidou de Metz ha decidido dedicarle una exposición a los paparazzi. Estos fotógrafos de la vida privada aparecieron a principios del siglo XX y forman la parte menos respetada de la prensa.
Paparazzi!, que se podrá visitar hasta el 9 de junio, aborda este oficio desde todas sus dimensiones: histórica, social, ética y estética. «El punto no es juzgar, sino plantear preguntas sobre una práctica omnipresente en los periódicos«, justificaba el comisario de la exposición, Clément Chéroux.
La vinculación entre arte y paparazzi es una de las reivindicaciones de la muestra. De hecho, el término lo acuñó Federico Fellini en La dolce vita. «Los paparazzi no son artistas, porque no trabajan con la voluntad de hacer arte, pero su obra tiene una calidad estética involuntaria», ha añadido Chéroux.
En la inauguración también estuvo presente el fotógrafo Pascal Rostain, autor de algunas de las imágenes que se exhiben. Rostain no dudó en declarar su amor por el oficio: «Es uno de los trabajos más bonitos del mundo y yo adoro hacerlo. El Santo Grial de este arte es sin duda la revelación de una noticia».