Origen de las tradiciones navideñas

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Todos sabemos que la Navidad es la celebración cristiana del nacimiento del niño Jesús. Sin embargo, no podemos negar que arrastramos costumbres producto de la influencia de otras culturas.

¿Qué pintan Papá Noel, el árbol y el pesebre, entre otros, en una misma celebración? ¿Cómo hemos llegado a todo esto? Os explicamos a continuación el origen de algunas de nuestras más arraigadas tradiciones.

  • ¿Cuándo nació el niño Jesús? En el año 200 DC, teólogos egipcios calcularon el día real del nacimiento de Cristo: el 20 de mayo. Sin embargo, las fiestas paganas estaban tan arraigadas que, en 364 DC,  el Papa Liberio trasladó la fecha del nacimiento de Jesús al 25 de diciembre, como estrategia para facilitar la conversión. De esta manera, en lugar de celebrar a un dios pagano, se empezó a celebrar al Dios judío cristiano.
  • La celebración. ¿Qué pasaba, en realidad, el 25 de diciembre? En la Escandinavia pre-cristiana lo llamaban Yule; mientras que los romanos celebraban las Saturnales. Eran fiestas paganas, propias de esclavos y agricultores, para celebrar el solsticio de invierno. No era para menos: a partir de este día, los días se hacían más largos y soleados en el hemisferio norte, así que todo el mundo festejaba, bebía y comía hasta hartarse. Eran unos siete días de fiestas, regalos y hospitalidad. Además, las mesas de los banquetes se preparaban con exquisito esplendor y magnificencia. ¿Os suena?
  • Los alimentos. Hoy en día, aún encontramos alimentos tradicionales de origen pagano, como el pavo. Este se asaba como ofrenda al dios Odín para pedir un invierno menos cruel y con más beneficios para la familia. Otros alimentos eran el bacalao, el cerdo y el cordero, dependiendo del lugar y de la familia. Podemos ver el origen de estas tradiciones si caemos en la cuenta de que son alimentos muy adecuados para las frías temperaturas del norte. Para nuestro clima, en esta temporada, lo ideal serían frutas y verduras frescas, carnes blancas y abundante pescado.
  • El árbol de Navidad. Durante las fiestas y banquetes paganos, se colocaba un pino o abeto cortado, que al ser de tipología perenne, simbolizaba la resurrección y la vida. Se adornaba con manzanas y dulces en honor a la fertilidad y a la agricultura. La copa del árbol solía estar nevada y la nieve se derretía al calor del fuego de las hogueras, formando brillantes gotitas de agua que hoy también recordamos con los adornos. Ya sabes por qué colocamos las bolitas y el espumillón. El abeto y el pino fueron árboles sagrados entre los paganos latinos, griegos, babilonios, egipcios y orientales, pero también fue adaptado como símbolo cristiano, ya que el triángulo de su apariencia se asocia perfectamente a la Santísima Trinidad.
  • El belén. El belén fue inventado por San Francisco de Asís y fue difundido, fundamentalmente, a través de los monjes franciscanos. Pretendían acercar al pueblo el ejemplo de una vida humilde y en estricta pobreza y las figuritas del belén predicaban este modo de vida.  Al principio, los belenes se montaron en las iglesias, después lo adoptaron las clases aristocráticas, y finalmente, se convirtió en una tradición popular. Este culto a los dioses con pequeñas esculturas lo encontramos anteriormente en el culto romano a los dioses del hogar: los Lares. Sus representaciones eran pequeñas figuras de terracota con forma humana que se custodiaban en el larario, el altar sagrado de la vivienda romana.
  • Papá Noel. Uno de los referentes a esta figura es la leyenda de San Nicolás. Un obispo de origen turco que se hizo famoso en el siglo IV DC por su labor con la infancia, ganándose  el título de ‘obispo de los niños’. El día de Navidad dejaba regalos en las casas más humildes. Su historia lo santificó y su leyenda pasó de Oriente a Occidente mezclándose con otras figuras de origen celta. Como sabréis, en la mitología nórdica hay presentes gran cantidad de duendes y gnomos. En varios países se veneraba a uno llamado Wooden (Señor de Invierno) al que se le dejaba mucha comida para que la temporada fuera menos cruda. Sin ir más lejos, también hay referencias a este personaje en España: por ejemplo, en Cantabria está el Esteru, un leñador que deja obsequios en las casas el día de Navidad. En el País Vasco y Navarra encontramos al Olentzero, un carbonero bonachón que baja del monte con un saco lleno de regalos. En Galicia, también existe la figura del Apalpador, un carbonero que palpa el vientre de los niños para saber si han comido suficientemente durante el año y deja un montón de castañas y regalos para desearles un año nuevo  lleno de felicidad y comida. Todas estas leyendas llegaron a EE UU, donde la inmigración (italiana, irlandesa, inglesa, germana y holandesa) influyó en la creación del personaje de Papá Noel. Pero no fue hasta 1934, cuando una campaña publicitaria de Coca-Cola acabó de diseñar al hombre gordinflón, bonachón y vestido de rojo que hoy día conocemos tan bien.

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