En realidad, para esta investigadora «es prácticamente imposible penetrar a una mujer vaginalmente sin estimular el clítoris«. Las mejores posturas para asegurar el contacto con el clítoris son, desde luego, algo divertido de probar, pero no deberían estudiarse como un verdadero manual para la excitación femenina y el orgasmo.
En el estudio, a la cuestión de cuál es su estimulación preferida a la hora de llegar al clímax, dos tercios de las encuestadas (un 64%) contestaron que «las dos», clitoriana y vaginal. Esa dicotomía tan repetida «podría no reflejar la complejidad de la experiencia sexual de las mujeres», porque, entre otras cosas, la distinción solo parece clara en algunas formas de masturbación. Si en las experiencias sexuales con penetración y en compañía se alcanza un orgasmo muy satisfactorio, no está en absoluto claro que la fuente de ese placer sea la vagina. También al contrario: el hecho de que, al masturbarse, las mujeres indiquen que es mucho más sencillo llegar al orgasmo estimulando el clítoris, no significa que no sea la vagina la que reacciona y proporciona el estallido final satisfactorio, aunque no haya contacto directo con ella.