Nunca digas nunca

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No pienso en absoluto en su relación, siento simplemente esa necesidad de contacto que él tiene hacia mí como un soplo de energía y autoestima. Además, el día pasa más ameno cuando tienes a alguien entreteniéndote con conversaciones picantes por  el móvil.

Nos gusta sentirnos deseados. Nos gusta que nos hagan caso, la novedad, la caza y el morbo. La historia de chico conoce chica vale las tres primeras películas pero a la cuarta esperas ver algo más de acción.

Y creo que, más que oxiticinas e instinto, lo que suele llevarnos más al camino de la tentación y el pecado suele ser más aburrimiento que otra cosa. Necesitamos acción, y si retenemos ese deseo por mucho tiempo, con el tiempo bien podría ser que nos mirásemos al espejo y no reconociéramos a la persona que se refleja en él.

¿Y vosotros? ¿Habéis hecho algo que pensabais que jamás serías capaces de hacer?

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