Tener un control del trabajo entregado y del que tenemos pendiente se presenta como una obligación que puede ahorrarnos muchos dolores de cabeza, tanto a altos ejecutivos, como a trabajadores autónomos o freelance.
No se discute que para muchos, las anotaciones en la libreta “de toda la vida” sigue siendo un método claro y eficiente, pero el mundo de hoy ha aumentado su velocidad y con ella, los cambios e imprevistos sobre la hora.
Una rutina de trabajo y obligaciones correctamente organizada, implica el registro de información de gran importancia: cantidad de proyectos por entregar, día y hora de las entregas, características de los mismos, personas de contacto, orden de prioridades, reuniones, envío de documentación etc. Por ello, un gestor de tareas confiable constituye un aliado del mismo valor que el empleado o la secretaria más eficiente.
Hasta no hace mucho, un buen número de aplicaciones y programas nos ayudaban a organizar nuestras tareas ofreciéndonos tres o cuatro funciones para rellenar datos. Pero en el balance general, sólo eran eficientes para cumplir en tiempo, pero no nos aportaban nada en la mejora de las formas y elaboración de las tareas.
