¿Cuántas veces hemos perdido una o dos horas valiosas de nuestra jornada laboral, intentando crear una agenda de actividades improvisada en alguna aplicación que fue diseñada para otras tareas?
[pullquote]De poco sirve que seamos grandes estrategas en la organización si no tenemos un registro adecuado de lo que habíamos planificado[/pullquote]¿Y cuántas hemos contactado con un cliente o entregado un trabajo fuera de plazo por no contar con un cronograma de obligaciones y actividades fiable?
De poco sirve que seamos grandes estrategas en la organización de nuestras tareas y obligaciones, si al cabo de pocas horas, éstas se fueron incrementando y no tenemos un registro adecuado de lo que habíamos planificado con tanta brillantez en nuestra mente.
Confiar ciegamente en la capacidad de nuestra memoria o en una agenda con recursos básicos para cumplir en tiempo y forma con todo lo que nos demanda la vertiginosa vida actual puede ser una trampa que nos cueste caro.