Cuando un modelo representa el 72% de las ventas atribuidas a la marca de la que forma parte, se convierte automáticamente en la referencia absoluta de dicha marca en un determinado mercado.
Y el mercado automotriz español ha otorgado este porcentaje de aceptación al Mitsubishi ASX, un vehículo que ha sido elegido por 340.000 personas en todo el mundo y 170.000 en Europa.
Si bien el ASX se lanzó en 2010, es ahora cuando se evidencia su gran aceptación por parte de un público familiar exigente, que pretende una mecánica de confiar, una tecnología que simplifique los desplazamientos, y sobre todo, una disponibilidad de espacio que no ofrecen los turismos convencionales.
El robusto Mitsubishi ASX destaca por su suave conducción, producto de su cambio automático de última generación denominado Invecs-II(Intelligent & Innovative Vehicle Electronic Control System). Se trata de un par de seis velocidades que funciona en modo automático o secuencial, y regulado a través de las levas situadas detrás del volante, o bien acudiendo a la palanca de cambios.
Este sistema versátil y eficiente tiene como resultado una reacción y empuje solvente del motor diésel de 150 caballos. Aunque la suavidad retrae en cierta medida la aceleración, si queremos que ésta sea más reactiva siempre es conveniente optar por los cambios manuales.
El secreto está en un turbo de menor tamaño que consigue un mayor rendimiento a bajas revoluciones. Dicho turbo se caracteriza por una novedosa geometría interna y un renovado sistema de apertura de válvulas.
En dicho aspecto, la ASX aventaja a su competidora más directa, la Nissan Qashqai, puesto que cuenta con una conducción carente de ruido, lo que aumenta el confort de los ocupantes.
La medida de consumo del Mitsubishi ASX para esta combinación mecánica, es de 5,8 litros cada 100 kilómetros, sin escatimar conducción “agresiva”.
Y todo se completa con un equipamiento al mejor estilo de las marcas japonesas: asientos eléctricos y en piel, techo panorámico, climatizador y navegador.