Ni todos los que tienen parejas del mismo sexo son gays o lesbianas, ni todos los que tienen una pareja del sexo opuesto son heterosexuales. Entre estas combinaciones existe una amplia gama de preferencias definidas por la atracción sexual y emocional que las personas sienten por alguien de su mismo género o por el contrario.
«Todos tenemos la bifobia interiorizada, es imposible no tenerla», asegura Carlos Castaño Rodríguez, activista de FELGTB y COGAM.
Eso no significa que todos seamos bisexuales, pero sí nos da una pista para comprender que lo único que importa es el respeto y la tolerancia hacia y por cualquier orientación. La negación y la invisibilización son los factores que, principalmente, afectan a ciertos grupos o comunidades; por ejemplo los bisexuales. Ya no se trata de mayorías o minorías, sino de estigmas que la estructura social se encargó de interiorizar para rechazar a quienes no siguen los cánones establecidos.