Al disminuir o desaparecer las patas de gallo se recupera el aspecto natural y fresco en la expresión de la cara. No es doloroso, se hacen cuatro pequeñas inyecciones en la parte externa de la piel que limita con el ojo. No requiere anestesia y la duración del tratamiento es de 20 minutos. Después del tratamiento se pueden incorporar de forma inmediata a las actividades normales.
Se recomienda en adultos jóvenes por un efecto preventivo en el desarrollo de los surcos de expresión de alrededor de los ojos.